TERRITORIOS
En los trabajos de Janet Grant (1963, Buenos Aires) las sillas y los sillones son un elemento básico, vital e interactivo, parte de la estructura y del sentido de la obra.
Lejos de las sillas de Joseph Kosuth, que refieren a significados genéricos desde distintas apreciaciones cognitivas, las sillas y sillones de Grant están más cerca de Matisse, dado que a la vez que funcionan en mucha de sus telas como módulos que estructuran la composición, son imágenes simbólicas, por lo tanto, poéticas y románticas. Son mueble y son espacio, son el territorio en el que el individuo encuentra un punto de reparo. Son documentos, claves, interfaces afectivas y psicológicas que nos cuentan su experiencia de vida dentro de su familia inmediata.
Grant misma lee sus obras como autobiográficas, con referencias claras a su herencia escocesa y a sus relaciones familiares originales. Pero los trabajos de Grant van más allá de su entorno inmediato. Por un lado sus imágenes y los títulos de sus trabajos traducen la educación contenida y formal que recibió –como en la deliciosa imagen de sillones de playa: “you can but you may not”, típica frase inglesa para advertir a los niños que hay cosas que se pueden hacer, pero que no se deben hacer. Por otro lado, sus trabajos refieren también a la cultura anglosajona en un sentido más amplio.
En “see saw”, la hamaca de dos asientos se mece como un tobogán -la traducción literal de “see saw”- y los círculos concéntricos de palabras nos recuerdan la creatividad de los niños en sus juegos, a la vez que nos remiten a los sueños de los que se permiten librarse al movimiento rítmico de la hamaca misma. Este interacción de la lengua y la imagen es una constante en la obra de Grant.
La autora se inspira tanto en las canciones de cuna como en la literatura introspectiva insular que define varias generaciones de autores anglosajones. Tiene en cuenta la pasión por los jardines y esa apreciación empírica, con toques algo mágicos, de los seres que los habitan, como sus mariposas en tonos cálidos dispuestas a volar, pequeños seres festivos que invitan al regocijo.
Alina Tortosa
Buenos Aires, Mayo de 2006